Y lamentablemente esa formula tan populista es expuesta hasta en las plazas en tardes de tronío cuando es aún más importante tener interiorizado ejercer el dogma taurino sin estridencias , torear para los adentros de tu alma olvidándose de alardes de cara a la galería que solo buscan el aplauso fácil . El buen profesional creo que no debe intentar confundir al respetable por que el crédito como las mentiras tienen escaso recorrido. Me duele ver a buenos toreros sucumbir en escenas triunfalistas a sabiendas que les faltó la grandeza que requería el momento, o que el toro esta muy por encima de su capacidad de artista lidiador.
La importancia la otorga el tiempo y su cristalina perseverancia en nuestros recuerdos de aficionado .Hay momentos imborrables por su pureza ética & estética y otros emborronados por excesos y gesticulaciones fuera de lugar. La faena es una obra efímera o eterna según cale en nuestros conceptos respetando punto por punto los cánones y ahí no entran las grandilocuentes simulaciones de haber alcanzado el clímax cuando esa parte corresponde al público .
La foto que ilustra esta entrada nos duele pero es signicativa. No es Justo uno de los más mencionados "vendeores" apocalípticos del escalafón pero últimamente descarría de su anterior etapa previa al percance venteño y a vuelto con ganas de recuperar su estatus de figurón emergente aunque sacrifique modos y decepcione a la parroquia que ya le ponía en el Olimpo , pero no , ese lugar tiene su dueño y será difícil alcanzarle dándose importancia.
Ese otro no se vende , solo se muestra toreando para si y para el mundo y cuando alcanzo la gloria del rabo estuvo solemnemente contenido en su inmensa emoción sin esbozar en ningún momento un atisbo de vulgaridad .
En el pódium se muestra humildad tras una heroica entrega en la que se busco la perfecta simetría de los tres pilares de la lidia : Cabeza, Corazón y Bragueta. O mejor en cristiano , mucha inteligencia , mucho sentimiento y mucho valor.
Llegar a ese nivel es difícil y requiere de no caer en la tentación de adentrarse en atajos . El camino de la excelencia es interiorizar la grandeza e intentar realizarla y si no es posible tener la humildad del saber estar y no vender humo....
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