La indumentaria de los actuantes junto al marco de la bella plaza ciertamente suponen un bello espectáculo .Pero luego sale el toro actual y emborrona las expectativas, se diluyen las emociones. La empresa confecciono una terna de artistas - Morante , Curro Díaz y Cayetano -ante una afamada ganadería - Núñez del Cuvillo - que no colaboró . Al ser plaza de tercera categoría la presentación de las reses baja los limites y ocasiona cierta decepción. Quizás los festejos de esta índole requieran subir un poco el listón para que todo sea más importante.
Pese a ese matiz, el cálido respetable fue con ganas no solo de zamparse la típica y copiosa merienda tras el tercer astado , sino de disfrutar con la maestría de los toreros . El ambiente taurino de Antequera merece la pena. Luego la corrida solo tuvo tres toros que acompañaron -1º,2º y 6º- y posibilitaron el triunfo. En ellos se pudo ver tres actitudes diferentes según el estado de animo.
Morante no fallo a su habitual mala suerte del sorteo matinal y solo pudo esbozar una primera faena de breves exquisiteces . Impecable goyesco de estreno con un traje de museo .Siempre se puede apreciar en sus lidias un curso de torería en cuanto a colocación y trato en las telas para encauzar las embestidas. Siempre intenta que el rito sea serio y hondo , sin alardes para la galería. Y cuando no se puede se abrevia la faena para no aburrir , que es de agradecer. Gracias maestro.Curro Díaz reaparecía con muchas ganas tras un percance y lucio su magnifico repertorio pleno de fogonazos en los remates donde conecta y sorprende al público. Torero que nunca decae y ofrece una apuesta entusiasta por el clasicismo . La goyesca tiene en él a un buen represente del toreo añejo en todos sus registros . Para colmo afila la espada certeramente y receta fulminantes estocadas que le propiciaron un justo triunfo.
Cayetano también reaparecía pero aún sin recuperar de su lesión y mostro su cara gallarda, su amor propio ante sus paisanos malagueños. Aparte de sus partidarios cuenta con el aval sanguíneo y sus recursos estéticos para dar respuesta al envite con garantías y no desaprovecho cuanto pudo para exponer su enrazada versión en el sexto en que deleito con su toreo dinástico.
Las cuadrillas merecen mención aparte. Ante toros de menor trapio se sacuden los miedos y bordan tercios para el recuerdo .Tanto con la puya, los rehiletes y el capote ofrecieron una tarde magistral. Solo hubo algún fallo con la puntilla que se puede olvidar para no ser puntilloso.
Para terminar con el público , que goza festivamente de esta propuesta taurina con una alegre y cívica actitud digna de resaltar. Acogedora y cálida afición la antequerana que invitan a volver.
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