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lunes, 9 de septiembre de 2024

El "amplio rechazo social"...

 

...By  : Urtasun - Alvise

Un informe de la patronal taurina auditado por Aenor registra un crecimiento del 7,25% en el numero de festejos respecto a 2023, cuando se contabilizaron 6.500.000 espectadores; Sumar perdió en las últimas Elecciones Generales el mismo número de votos que asistentes a la Feria de San Isidro 2024: 600.000

Un día Alvise Pérez (Se Acabó la Fiesta) y al siguiente Urtasun (Sumar) contra los toros; un día un populismo y al siguiente otro; uno empotrado en la Unión Europea y otro enquistado en el Gobierno de España. Un mismo argumento -la tortura animal-; diferentes bulos. Un tándem antitaurino. El BOE publicaba ayer la orden del Ministerio de Cultura que suprime definitivamente el Premio Nacional de Tauromaquia: «La realidad social y cultural actual evidencian que determinadas actividades ligadas a la tauromaquia o elementos concretos de las mismas son rechazados por amplios sectores de la sociedad por considerarse una forma inaceptable de violencia contra los animales»

Cultura argumenta el apoyo ciudadano de un 90%. Un CIS propio pero sin encuesta, un Tezanos interno que gestiona «comunicaciones al ministerio»: 3. 268 de personas físicas o jurídicas, entre el 4 y el 18 de mayo. En ese periodo de tiempo, arrancaba la Feria de San Isidro en Madrid, que concluyó el 10 de junio con una asistencia de 564. 353 espectadores, casi 600.000 sumando la corrida homenaje a Antoñete, aquel torero rojo del mechón blanco. El récord de la última década en la feria más importante del mundo, 21.000 asistentes de promedio diario.

Las cifras de la patronal de empresarios taurinos (Anoet) también vienen a desmentir el «amplio rechazo social» con un balance estadístico en la mitad de la temporada: «un aumento de festejos del 7,25% con respecto a 2023 y un 3,95% respecto a 2022». Según el balance anual de esta organización, que aglutina el 75% de las plazas de primera y segunda categoría y más de un centenar de cosos de tercera categoría, en 2023 se percibieron «datos contundentes y optimistas sobre la buena salud de la fiesta y su implantación en la sociedad española». La temporada se cerró entonces con cerca de 6.500.000 de espectadores en plazas de toros. La estadística no contempla la tauromaquia popular de las calles.

«Si la tendencia continúa, podremos terminar la temporada 2024 con mejores resultados que en 2022, aunque tendremos a los meses de septiembre y octubre», indica el informe de la patronal Anoet, cuya información está auditada por Aenor.



El Ministerio de Cultura tomó en el mes de mayo la decisión de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, alegando que los Premios Nacionales debían ser un «fiel reflejo de las valoraciones y sentimientos de la sociedad» y que había una mayor preocupación por el bienestar animal y una asistencia menor a los espectáculos taurinos, situándola, según datos de 2021-2022, solamente en el 1,9% de la población. El periodo que maneja Cultura es falaz y perverso al incluir el tiempo de la pandemia del Covid y la salida de ella, las ferias suspendidas y los aforos reducidos.


Si Urtasun quisiera saber de verdad lo que es «amplio rechazo social», no tendría más que asomarse a los resultados electorales de Sumar en las últimas Elecciones Generales del 23 de julio de 2023: 600.000 votos menos. Una feria de San Isidro entera.

El Nacional de Tauromaquia, creado en 2011 bajo el mandato de Zapatero, era prácticamente la única «ayuda» (30.000 euros) que recibe el sector taurino del Gobierno Central, que complementaban los 35.000 que ingresa la Fundación Toro de Lidia. Ni para una rueda de Lamborghini.

A las 24 horas del disparate del líder de Se Acabó la Fiesta, el tal Alvise, que aseguraba haber votado contra la subvención de espectáculos taurinos (sic) -en Bruselas se tratan las ayudas de la PAC a los ganaderos de bravo, igual que al resto de bovino extensivo dentro de la Unión Europea: «La Tauromaquia, como actividad cultural, no recibe ninguna ayuda»-, sale el Ministerio de Cultura del Gobierno de Sánchez con el «amplio rechazo social» y la cancelación, ya oficial, del Premio Nacional de Tauromaquia.

La respuesta de Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro de Lidia (FTL), para un asunto vale exactamente igual para el otro, para Alvise que para Urtasun: «Comprobamos cómo el animalismo es una ideología que encaja bien en muchos partidos populistas, es una filosofía radical incompatible con nuestra herencia cultural humanista y que, como hemos repetido muchas veces, acabaría con cualquier tipo de ganadería o actividad relacionada con los animales. Los toros, por su fuerza simbólica, son siempre el primer objetivo de estos movimientos, pero es todo un mundo de relaciones del hombre con el animal lo que está en peligro».

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