VENTUROSO TRIUNFO

Diego Ventura, el líder del toreo a caballo. Su tradición consiste en demostrar, cada temporada, una superioridad apabullante. Y como esta vez el rejón de muerte le privó de la Puerta del Príncipe, nos ahorramos hablar de cifras, récord y logros numéricos. 
Es más bonito, describir el temple mágico de su faena al segundo toro, que alcanzó en el galope de costado de “Nazarí” cotas de excelencia, porque la montura flotó sobre el albero mientras el toro la perseguía hipnotizado; y en un palo muy de frente montando a “Ritz”, el colmo de la pureza porque el quiebro fue a dos metros y dando mucho el pecho.
Y en vez de lamentarse de que no llegase la undécima salida en hombros por la noble puerta, es mejor centrarse en su lección lidiadora frente al quinto de la tarde, siempre colocado en  chiqueros para que el de Bohórquez, totalmente a favor de querencia, embistiera mucho más de lo que quiso; y para qué “Sueño”, ese fuera de serie, impactará en la Maestranza con su expresión felina, su agilidad eléctrica, su potencia sobrenatural, su torería innata. Cortó dos orejas, pero sus faenas fueron de cuatro.

A.Acevedo.