José Tomás regresaba a los ruedos españoles después de dos años de ausencia en su exilio voluntario en México. Eligió Jerez de la Frontera para esta reaparición y, al margen de una expectación que reventó la ciudad andaluza, sus hoteles y sus calles, ha dejado su tauromaquia en un antológico muestrario del toreo al natural.
Las dos orejas y el rabo del segundo toro de la tarde y otro apéndice en el quinto con el rey Emérito Juan Carlos como testigo dejan a la España taurina ávida de verle haciendo el paseíllo allá donde tengan la suerte de contratarle.Los toros de Cuvillo, con vuelta al ruedo al segundo de la tarde, facilitaron el triunfo de la tarde en la que Juan José Padilla obtuvo dos orejas en el cuarto y José María Manzanares otras dos en el tercero.
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