El caso de Roca Rey parece increíble. Un chaval de 19 años y con menos de uno de alternativa, que arrasa por donde va. Madrid fue la última plaza que lo vio salir a hombros el día de su confirmación. Ahora ha sido el turno para Granada, con tres golpes sobre la mesa. Tres orejas de gran metraje ante animales nada fáciles.
Roca además de su demostrado y frío valor, atesora una escenografía llena de seguridad y temple. Dominador de cualquier espacio en el ruedo hasta sin el toro, puesto que llena de prestancia su andar toreo. Bien podía estar el peruano por edad jugando a la Playstation, pero eligió ser figura del toreo y por el camino que va lo conseguirá muy pronto, porque está rompiendo cerrojos de puertas grandes.
Desde que se abrió de capa se metió a Granada en el bolsillo. Explotó la plaza tras un saludo que fue aumentando en intensidad y variedad. También derribó al caballo. Roca no quiso castigar y lo dejó crudito. Esto fue clave para tan titánica obra. Antes un quite con el capote a la espalda de tremenda exposición. Brindó al respetable para comenzar con varios cambiados por la espalda. Eso es normal en él, pero lo anormal es que ni se movió después de que el toro, a un metro, se volviera para atrás. El ‘Don Tancredo’ peruano los tiene muy bien puestos y desde ahí, lo comenzó a cuajar a su oponente. Un toro que por sus justas fuerzas pero de gran fijeza en el engaño protestaba constantemente. Eso hacía que cada muletazo fuera un suspiro de incertidumbre con los pitones rozando su cuerpo. Andrés creó una armonía llena, plena de seguridad y toreo cadencioso. El toro bajó su intensidad y cogió el ritmo que no tuvo de inicio. Espadazo y dos orejones de ley.
Otra nueva demostración de capacidad y firmeza de Roca Rey ante el reponedor y pegajoso sexto. Astado que jamás humilló en el campo ni para beber agua y menos en la plaza. Nunca descolgó ni tampoco se salía del muletazo apretando siempre al joven matador. Roca con el cierra plaza ofreció una versión más técnica, con toques de mando, fuertes y poderío muletero. Lejos del toreo en series lo que entregó fue sabiduría a pesar de tan corto bagaje. Asombroso Rey para hacer una faena maciza jugándose los muslos en cada muletazo. Estocada tras pinchazo y nueva oreja de torero macho.
EMILIO TRIGO
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