No han pasado tantos
años desde que Gibraleón
celebraba
por San Lucas toros
en su plaza. No ha pasado tanto
y, sin embargo, visto desde la resonancia
de ese acto celebrado
en el Círculo de Labradores y Ganaderos
ayer noche, parece sin
duda una eternidad.
Para volver a la arena taurina
la empresa había dispuesto cartel
importante. De los que no defraudan
a quienes les conocemos
y embelesan a quienes no les conocen
como conferenciantes de
lujo, que lo son.
Fernando Cuadri, ganadero
querido y respetado, David de Miranda,
recién alternativado en su
tierra, y como esa tercera pata de
un trípode que le da singularidad
como mesa nunca compuesta, se
sentó frente a su afición Melchor
Rodríguez, un aficionado cabal,
fotógrafo con recursos y junto a
ello, transportista de toros de lidia.
Tres vídeos para enmarcar la
personalidad de cada uno de los
invitados a la mesa, sirvieron para posicionarse de cara al público.
Poco más tarde llegaron las
experiencias, las preguntas, los
muchos años de haberes y deberes
acumulados
.
A flote, esa humildad y conocimiento
de un ganadero grande
como Fernando Cuadri, capaz de
confesar que “yo no vengo a este
tipo de actos a enseñar nada a
nadie. Me conformo con que ustedes
escuchen mis argumentos
y juzguen el porqué de muchas
cosas que le ocurren al toro tanto
en el campo como en la plaza.
Tenemos la obligación de enseñar que esa etapa del toro durante
su vida argumenta su papel en
la plaza”.
A Miranda le correspondió hablar
del hombre y el torero. Joven,
pero ya con el bagaje de haberse
doctorado como matador
de toros, Miranda habló de sensaciones,
de una carrera que está
empezando y necesita tiempo, de
metas cumplidas, miedos y esperanzas.
También de un ganadero
amigo que esa noche estaba a su
lado.
“Siempre le digo a mi cuadrilla
cuando terminamos una tienta
en casa de Cuadri –confesó el torero–
que parece que he toreado
una corrida de toros. Siempre ha
sido y será un animal muy especial
y diferente a todos”.
Once años de chófer como
transportista de toros. Muchos más de afición y otros tantos de
cariño y aprecio por la Fiesta. Ese
puede ser el perfil correcto de
quien fue amalgama de ese acto
taurino celebrado anoche en Gibraleón.
Tiempo y vivencias en
las que contar que “todo lo que
toca el toro tiene unas sensaciones
diferentes. No somos conductores
al uso. Todo lo adaptamos
a que el viaje sea lo menos
duro posible para el toro. Cuidamos
frenadas, movimientos
bruscos. También nosotros nos
sentimos parte activa de una tauromaquia
en la que a través nuestra
une el campo bravo con la plaza
y por supuesto a un animal que
tiene la oportunidad de volver vivo
en el cajón de ese camión que
le llevó a la plaza".
Dos horas de charla, lleno y
gentes del toro hablando de cosas
que bien conocen, aportan un
fenomenal balance final.
Brillantez que la alcaldesa
olontense, Lourdes Martín agradeció
en su intervención final a
cada uno de los conferenciantes,
amén de felicitar a la entidad que
anoche dio cabida a tan agradable
velada taurina.
Gibraleón, toros y toreo.
Ojalá
que con actos de este tipo y por
mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario